domingo, 26 de febrero de 2017


Estuve pensando en ti.
En como penetraste mi alma apenas llegue a tocarte.
En tu compañía en nuestras noches en silencio.
En esos momentos en los cuales no veía más allá de estar a tu lado.
Abandonaba mis quehaceres solo para verte a cada rato.
Mis ojos se dilataban cada vez que te miraba.
No existía el reloj, porque tu marcabas mis horas.
Y en mi cabeza ya nada más importaba.

Te construí un altar. Te posicione encima del resto.
Te hice mi reina, sin ser yo un rey.
Te idealicé de una manera casi irreversible.

Sin vos el día era rutina.
La noche una agonía.
Todo esfuerzo en vano.
Vivía exhalando desgano.
Mi alma no tenía consuelo.
Solo quería volver a tenerte,
y retenerte para siempre.
Pero al final no valías la pena,
tu precio era solo una moneda.

No volví a verte y no me arrepiento de haberte abandonado.
Eras tu una daga y yo un bobo enamorado,
de momentos huecos, de la soledad que me causabas,
de noches eternas creyéndome un Dios al tenerte,
pero de días en que mi cuerpo vagaba inerte.

¡Que desgracia!
Haberme cruzado contigo.
Hoy soy testigo de tu odio hacia la gente,
de tu forma de matar a quien no te puede dominar, 
de tu poder inmenso que cautiva a tantos...
Pero por el caballo equivocado que nunca ganará,

yo no pienso apostar ni una sonrisa/pena más.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Think love

Que el corazón mande y la mente pida permiso para actuar
porque lo que se hace de corazón está predestinado a triunfar.
Que nuestra alma se llene de satisfacción en cada acción
siendo y no viendo, haciendo y no diciendo, creyendo y no ignorando.
Que nuestros ojos vean profundo, no solo la superficie,
donde se esconden o donde se dejan ver
los sentimientos que definen a cada persona como es.
Que escucharnos mutuamente nos involucre,
que sea música, que sea mate, que sea catarsis
y que estalle el ambiente de risas, al unísono,
mostrando la felicidad del encuentro.
Que el afecto no tenga medida,
que rebalsen nuestros cinco sentidos con alegría
de abrazos, besos, caricias, canciones y otras yerbas.
Que nuestra boca se llene de te quiero,
ver bien, a mi lado, o despedazado, pero luchando.
Que el amor fluya por nuestras venas,
como el más fuerte viento cortando el aire,
con pasión, con vehemencia, o como salga
pero con buenas intenciones.
Y que nos enamoremos de la vida,
de nuestra vida, la única que dominamos;
y del paisaje del horizonte que retrata a cada momento
que vivimos, no por respirar ni por suerte,
si no porque somos capaces de enfrentar,
de entender, de elegir, de ayudar, de crear, de crecer,
de unir, sin saber simple y absolutamente nada
de cómo, cuándo o porque, pero aun así improvisamos
y eso es lo emocionante de cada nuevo amanecer.
#Believe.
#Be.
#Live.

viernes, 3 de febrero de 2017

Inteligencia emocional












Me pongo a pensar,
pero dejo de lado a mi cabeza,
uso el corazón para tomar la decisión.
La inteligencia emocional
te ayuda a entender mejor
cuando vale la pena tener razón
y cuando tener paz.
El liderazgo interno,
se alimenta de buenos valores,
del buen trato, de ser criterioso,
de tolerar y saber escuchar,
de ser autocrítico cuando algo hacemos mal.
La humildad te lleva a no querer demostrar todo lo que haces,
ser consiente de tu entorno a saber aprovecharlo,
y arriba de la honestidad, se encuentra la integridad
que trabaja cuando nadie lo ve.
Las emociones mutan,
la comprehension de lo que digo
y lo que el otro entiende,
de lo que hago y lo que piensan que hago
de lo que callo guardando silencio
genera una batalla de diferencias.
Entre palabras se debe actuar,
y cada acción tiene su recompensa.
Cuando el sol no brilla por encima de las nubes,
es necesario ser conscientes de nuestro progreso,
y analizarnos en busca de soluciones.
Valorar que somos seres sentimentales,
es la mejor virtud,
en un mundo donde la superficialidad domina,
la idiotez abunda, el respeto falta,
y la lucha por aparentar para sentirse lleno,
se hace más frecuente,
cuando en realidad ese vacío nunca se llenará,
si no ponemos a trabajar al corazón
para dominar a una cabeza que piensa en demasía grandezas,
y vuela por los aires buscando en donde no encontrará
sentirse pleno, relajado y feliz.

miércoles, 1 de febrero de 2017

246 noches


En el alma no le entraba ni una pena mas. Sinsabores que le dio la vida lo dejaron seco de sentimientos. No sentía. Su voz estaba afónica de tanto haber gritado en vano. Su rostro no se sorprendía de ninguna noticia. Era un joven que vivía por el simple hecho de respirar.
Todas las mañanas revisaba su billetera, como pirata buscando el oro habiendo perdido el mapa, sabiendo que esta se encontraba vacía. Miraba el amanecer, y no de madrugar, si no de haber trasnochado acuesta de sus pesadillas que soñaba despierto y que apuñalaban cada centímetro de su pecho, hiriéndolo como si le clavaran un frío puñal cada vez que pensaba en levantarse a luchar por algo más. Se creía indigno del mundo, desde poder ver cada pequeña estrella en la noche como de caminar a la par de otro ser viviente. Se creía en peor desgracia que un perro callejero. No catalogaba de vida lo que el llevaba consigo.
246 noches agónicas marcaron su descenso constante hacia el abismo de creerse casi muerto. Prácticamente un "ente". La noche 247 lo sorprendería de tal forma que su "vida" nunca volvería a ser igual. Dormitando con los ojos idos, su mirada hacia la luna en esa noche primaveral se encontraba. Daba igual que día era. Daba igual invierno que primavera, el sufría y hasta perdía la noción de por qué lo hacía. Sin embargo despertó de repente al escuchar un sonido proveniente de la habitación contigua: la de sus padres. Ellos habían intentado las mil y unas para sacarlo de su ensimismamiento sin poder siquiera llamar su atención. El no recordaba demasiado, parecía que su memoria era a corto plazo durante esas 246 miseras noches, por lo que nunca agradeció todo lo que le brindaban y apesadumbrado hacía desdichados comentarios sobre que él se encontraba solo. Esos gritos de dolor habían destildado su mente. Levanto su cuerpo con rabia, No le gustaban altercados en su hogar; siendo un adolescente perdido en la nostalgia, las peleas de sus padres por como el debiera afrontar sus problemas generaban asiduamente gritos y chillidos de parte de uno y otro. Casi con rabia, como si lo despertasen de un sueño de descanso por haber trabajado arduamente, se dirigió hacia donde provino el molesto sonido que lo intranquilizó. Golpeó primero y, al no ser contestado, entró a la habitación de sus padres. No había nada allí, la cama estaba tendida y el cuarto ordenado. El joven miró en su celular la hora: 4:25 am. No se imaginaba donde estaban sus padres a esa hora ya que los había escuchado cuando se fueron a acostar, ni tampoco imaginaba de donde había salido el grito que lo hizo movilizarse.
Al no encontrar a sus padres en la habitación, se dirigió al living. En el encontró las luces encendidas, y arriba de la mesa ratona un sobre que decía en su exterior "Tus padres te aman".
Rápidamente sacó la carta del sobre y comenzó a leer.
"El amor que tenemos por ti es incalculable. Como ponerse a contar las estrellas, nunca acabarías. El dolor que nos produce que no logres ser feliz, disfrutar, reír, salir de casa a socializar, es inmenso. Solo quién lo vive sabe que tan difícil es enfrentarlo, pero tu no lo enfrentas siquiera. Te mueres de miedo de encontrar rechazo. Prefieres encerrarte y pensar en nada solamente porque es más fácil. No luchas por tu vida y buscas victimizarte, lastimarte para que la gente sienta pena por ti.
La vida es esfuerzo, sacrificio, constancia. Para llegar a esos puntos necesitas algo muy importante, decisión. Si esperas tener ganas de hacer, estarás perdido. Los problemas son tan grande como tu los dejes crecer en tu cabeza. Tu felicidad está mas cerca de lo que piensas, solo necesitas voluntad.
Decidí ser feliz hijo, pon voluntad, cree en ti, supera cada miedo de paso en paso. Defiende tu alma, nutre tu corazón de sentimientos benévolos y deja de pensar en un exitismo desmedido. Lo pequeño, te hará avanzar. No olvides, paso a paso y con decisión. Decide ya cambiar tu vida. Nosotros siempre seremos tu bastón y guía."
Entre sollozos culmino de leer y rápidamente comenzó su llanto desconsolado. Nunca había pensado en lo mal que se sentirían sus padres viéndolo así. Repentinamente ellos aparecieron en la habitación y como si le estuvieran leyendo la mente exclamaron al unísono: "No lo hagas por nosotros, hazlo por ti".
Entendió al fin lo mal que se había tratado a si mismo, pero también que esas 246 noches fue lo que tardo en madurarlo, en superarlo. Abrazó fuertemente a sus padres entre lagrimas. Esa noche entendió que su vida valía, que su vida pasada no interesaba y que dependía de su decisión y voluntad cambiarla. En su lectura encontró el "click" para que esas 246 noches pasaran a ser solo un lejano recuerdo de como no desempeñarse en su vida.