pero dejo de
lado a mi cabeza,
uso el
corazón para tomar la decisión.
La inteligencia
emocional
te ayuda a
entender mejor
cuando vale
la pena tener razón
y cuando
tener paz.
El liderazgo
interno,
se alimenta
de buenos valores,
del buen
trato, de ser criterioso,
de tolerar y
saber escuchar,
de ser
autocrítico cuando algo hacemos mal.
La humildad
te lleva a no querer demostrar todo lo que haces,
ser consiente
de tu entorno a saber aprovecharlo,
y arriba de la
honestidad, se encuentra la integridad
que trabaja cuando nadie lo ve.
Las
emociones mutan,
la comprehension
de lo que digo
y lo que el
otro entiende,
de lo que
hago y lo que piensan que hago
de lo que
callo guardando silencio
genera una
batalla de diferencias.
Entre palabras
se debe actuar,
y cada acción
tiene su recompensa.
Cuando el
sol no brilla por encima de las nubes,
es necesario
ser conscientes de nuestro progreso,
y
analizarnos en busca de soluciones.
Valorar que
somos seres sentimentales,
es la mejor
virtud,
en un mundo
donde la superficialidad domina,
la idiotez
abunda, el respeto falta,
y la lucha
por aparentar para sentirse lleno,
se hace más
frecuente,
cuando en
realidad ese vacío nunca se llenará,
si no
ponemos a trabajar al corazón
para dominar
a una cabeza que piensa en demasía grandezas,
y vuela por
los aires buscando en donde no encontrará
sentirse pleno,
relajado y feliz.
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