domingo, 23 de abril de 2017

La vida es una tragedia, hermosa.

Consumimos un espacio,
Donde no existen dos gotas iguales,
Y el razonamiento dispar vaga,
Entre lo lógico y lo que sucede
mientras el deseo corrompiendo va,
buscando una motivación,
quebrando esquemas,
repitiendo patrones,
corriendo al destino,
creyendo saber,
sabiendo no saberlo,
improvisando al tiempo,
resucitando en esperanzas,
de pertenecer, de pertenencia
en una queja sin respuesta
esperando una aprobación,
queriendo resolución instantánea,
una efímera sensación de placer,
un brote de alegría,
en una búsqueda que no encuentra
dar sentido a un camino,
eligiendo con desgracia,
en llantos que ansían ser risas
de un lugar donde se escuchen
para pacificar al monstruo
en un cielo infernal pensado,
un abrigo al corazón,
cuando el mimo del otro
te levanta la mirada
y el reflejo de ti en otros ojos
denotan una expectativa
que no hará florecer,
distante de una realidad
lejos de un cuento,
adorando el tesoro,
teniéndolo en frente
partiéndose en dos
explicando que anhela
para entender que no hizo
fingiendo en un cuadro
empobrecido sin tinta
opinando elocuentemente
que la vida es tragedia
que la tragedia lo persigue
bajando la mirada
ofuscado en una falta de fe
inquieto y temeroso
lamentándose de decir
forzándose a callar
ninguneando sus logros
manifestando que no,
titubeando un si,
borrando su pasión,
en una imitación hueca
de alguien que no es
posponiendo la lucha
al mañana que es tarde
penoso costumbrista
atado en sus cordones
pateando ocurrencias
opacándose insatisfecho consigo
incómodo y quieto
afianzando nuevamente
sus pies en el aire
volado y carenciado
particularmente enojado
por nada y por todo
asegurando con vehemencia
que lucha para ser imbatible
cuando hasta el oro se funde
y conmovido hasta la locura
en un acto sublime de valentía
relevando lo que fue,
espera la próxima tragedia
de una vida que en pena
no contará reliquias,
porque ya quiere contar historias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario