martes, 7 de abril de 2015

Ve lo bueno en ti

Ella era una más del montón. Vivía como podía, con sus problemas sociales y económicos, con sus risas espontáneas y su llanto silencioso. No tenia demasiado claras las cosas, su futuro era distante, odiaba su dia a dia, no lo veia fructífero no llegaba a ver la hora de que terminase la escuela. Pero tampoco sabía que iba a hacer luego de que eso pasara. Viviendo del mismo modo, callando cosas por miedos, diciendo verdades que dividieron, no encontro su termino medio, su balance de vida, asi vivio varios años. Habia elegido finalmente cursar la carrera de medicina, ya estaba por su cuarto año, pero su vida era un caos. Desde que se despertaba hasta que intentaba conciliar el sueño por la noche se sentía desdichada, cansada, sus pensamientos no eran claros, asi empezó a sentirse peor, vivia discutiendo con sus amigas, novio y familia. No se aguantaba a ella misma, sentia que nadie la comprendia. Empezó a recursar materias, a faltar a las clases, y a la vez se sentia presionada por su familia porque "la mantenian" economicamente hablando. Sus alteraciones llegaron al máximo y a la edad de 24 años decidió que no quería seguir viviendo.
  Era un martes y habia planeado todo. Fingió irse a la facultad, pero volvió a su casa sabiendo que su padre se había ido al trabajo y su madre con su abuela al médico, sabiendose sola en su departamento. Nadie sospechaba lo que queria hacer por lo que tenia todo al alcance de su mano. Tomó medicacion de la habitación de su abuela, con varios años en medicina sabia lo que estaba tomando y sabia que en unas horas una persona no acostumbrada a esa medicacion, con tantos tranquilizantes encima se dormiria tan profundo que dejaría de respirar. Y asi lo hizo, tomandose mas de veinticinco pastillas se acostó en su cama y espero, lentamente fue quedando dormida.
 El jueves despertó, no veia bien y hablaba lentamente, le dolia mucho la cabeza. Gritó y enseguida vio venir a una mujer. Estaba en una clínica, con suero, en terapia intensiva, y le habian hecho un lavaje de estómago. Estuvo alli varios dias mas borracha por la toxicidad de las pastillas. No preguntó como se habia salvado.
 El sábado llegó a su casa nuevamente y al cuidado de sus padres estuvo ese fin de semana, frustrada por su acto fallido, sintiendosé peor y habiendo causado angustia no prevista por su familia.
 El lúnes la madre la despierta y le entrega un sobre cerrado y sale de la habitación, ella sin saber que podía ser abre el sobre y se encuentra con una carta que decía lo siguiente:
 "Querida jovencita, te vi pasar por años apurada, te vi dejar las muñecas y empezar a pintarte las uñas, te vi queriendo ser otra y reprimiendo sentimientos que no debiste hacerlo, ahora quiero darte unos consejos.
 La escencia de la vida es el amor. Tu te preocupas por cosas sin importancia y no le das importancia a ti misma y a lo que realmente vale. Veo que eres de buen corazón. Entonces ama jóven, al mundo, no solo a tu novio, al que no te quiere, no solo a tu familia. Empieza a sembrar esas partes del espíritu donde no hay bosques. Cada dia siembras algo haciendo el bien, y luego obtendrás tu cosecha. Siempre el bueno es recompensado, ház cosas por un desconocido, preocúpate por el que no tiene no te mueras por querer tener cada vez más tú misma.
  Siembra amor, caridad, paz y cosecharas lo mismo en tu vida, hay plantas grandes como el álamo que crecen rápidamente esas son las cosas de la vida que te planteas y las logras rápido porque asi se dan, pero otras plantas tardan en crecer, el riego debe ser mas continuo como el pino, pero no debes abandonarlas sino que persistir porque cada dia que siembras algo en ese mismo dia cosechas algo bueno.
 Una de las semillas mas pequeñas del mundo es la semilla de mostaza y sin embargo cuando crece se hace mas grande que muchos arbustos, con esta metáfora me refiero a que no importa que tan pequeño e insignificante te puedan parecer tus actos en este mundo, si lo haces de corazón se harán grandes en tú alma y agrandarán tu espiritu.
 El martes pasado nos preguntamos con Norma porque habías regresado tan temprano, y vimos en tu cara una rara expresión de desánimo y angustía y decidimos tocar la puerta, al no responder entramos y ahí te encontramos, aunque no te acuerdes estabas tirada al lado del inodhoro de tu baño principal.
 No dejes caer lo bueno que está en ti. Te deseamos buena suerte. Rubén y Norma".
 La jóven quedó impactada por los consejos de Rubén y norma, quienes no eran otros que los caseros del edificios, unos señores de 65 y 63 años de edad.
  Ella tomó los consejos, el resto del año se lo tomó sin estudio, pero gracias a su nueva sonrisa en su cara consiguió empleo, poco remunerativo pero eso no era lo importante, lo importante era que con ese dinero podía ayudar, y también ayudarse a si misma. Su vida cambió con unas líneas de una buena gente...

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