El dicho popular dice “Hay más tiempo que vida”. Pero si ya no hay vida, ¿para qué queremos tiempo? Saber en qué invertir el tiempo está en cada uno, pero en altos porcentajes lo malgastamos. Las horas, los días, las semanas pasan hagas o no, cambies o no, sientas o no… El tiempo es intangible y no acepta demoras. Esto se une fielmente al dicho que dice “El tren pasa una sola vez en la vida”. Dicho del cual disiento totalmente porque, en mi pensar, el tren somos nosotros recorriendo la vida y decidiendo a quién y que subir a los vagones. Las oportunidades están abiertas para quién tenga ganas de intentar, lo cual nos lleva al dicho “No existe falta de tiempo, si no falta de interés”. Día a día nos quejamos de lo que “podría haber sido” cuando nos quedamos en la comodidad en vez de arriesgarnos. La comodidad es el aliado perfecto del conformismo y el conformismo de la rutina. La rutina estresa. El estrés te enferma. Cambiar estructuras pre-definidas al nacer no es fácil; la costumbre, la ideología de vida de nuestros antecesores puede ser un peso y un alivio a la vez. ¿Porqué siempre “la rutina va a matar al placer?” Es que la vida es rutina y uno es quién tiene que encontrar lo placentero de cada segundo fuera de ella. El reloj no para, lo que hay que parar es la cabeza y ser consciente de que “la vida se vive una vez”.
"No llega antes el que va mas rápido si no el que sabe a donde va" -No te pierdas.
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