jueves, 2 de octubre de 2014

La calma después de la tormenta


Un crujido en la noche, de esos que te levantan de la cama
inquieto en mi incesante pensar, sin poder dormir me encontraba
mis sueños despiertos no me dejaban hundir mi cabeza sobre la almohada
pues allí me atormentaban, tal cual fuera la tormenta, tal cual dentro mi tormento.
Mis actos continuos de desdicha, mis penas u objetivos decaídos
se subrayaban en las noches, teniendome a mi solo como testigo
de mi misma impotencia al pensar ¿Que hacer para cambiar?
Post noche sale el sol, se aclara la mente e ideas
renazco como flor en primavera, sin embargo no quiero llegar a la misma noche que he de pasar.
Pues eso se cambia desde mi interior, deduzco
y no es que sea gran deducción, pero quiero poner toda mi intención
a la faz de que en mis decisiones y mi actitud,
cambie mi nostalgia por gratitud, a la vida y a Dios.
Siempre vi a Dios, como algo muy bueno allí arriba,
el ve todo, el me cuida, se que así se salva mi vida.
Aunque no pueda planificar distinto, ni justificar mi insomnio malsano
se que puedo concretar mis sueños dominando mis impulsos
asimismo soñar dormido, tranquilo aun así estuviese caminando hacia un abismo.
Pues de nada sirve preocupar, a un corazón que intenta todo
por ver esa sonrisa en mi rostro, sea día o noche, sea invierno o me hunda en lo obscuro, nunca deja de intentar con nobleza levantar el animo de quien cruce y así erigirme a mi mismo a la satisfacción de ayudar.
Tranquilidad será mi aliada de mi presente inmediato, ya que no vale inquietarse solo por unos malos ratos.... Estos siempre estarán y al fin y al cabo, Hay que continuar!

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